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Neuro Oratoria: Activa a tus oyentes a través de historias emocionantes

La neuro oratoria se basa en la premisa de que nuestra mente y nuestro cuerpo están interconectados, en la forma en que nos comunicamos y cómo los demás nos perciben. Al comprender los procesos cerebrales involucrados en la comunicación, podemos adaptar nuestras técnicas de oratoria para lograr un impacto más poderoso. Una parte clave de la neuro oratoria es el reconocimiento de que el cerebro humano está cableado para responder a ciertos estímulos y patrones. Por ejemplo, las historias emocionalmente cargadas tienen un impacto más profundo en la audiencia, ya que desencadenan respuestas emocionales y liberan neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina. La repetición estratégica de ideas clave refuerza la retención en la memoria a largo plazo. La conexión entre la neuro oratoria y la comunicación consciente radica en la habilidad de adaptar nuestras presentaciones a la audiencia específica. Al sintonizar nuestras palabras y gestos con las preferencias y reacciones cerebrales,

Deporte infantil (o el deplorable mundo de los adultos bárbaros)

violencia en el deporte infantil  Por motivos personales últimamente he tenido  que asistir a numerosos partidos de fútbol y fútbol sala infantiles. He decidido escribir sobre lo que se vive en esos partidos porque, sencillamente, me parece triste y sin sentido. Quizá yo, que no siento "los colores" de la camiseta de ningún equipo de
fútbol, ni se me saltan las lágrimas con los resultados de este tipo de competiciones, pueda dar una visión desde fuera del fervor de ligas y copas.



  Vamos a ver: para empezar lo primero que se me viene a la cabeza es la palabra DEPORTE.  La definición en el diccionario es ésta:  El deporte es un juego o actividad reglamentada, normalmente de carácter competitivo, que mejora la condición física y psíquica de quien lo practica y tiene propiedades recreativas que lo diferencian del simple entretenimiento. Y el Comité Olímpico agrega que "hay que practicar deporte con espíritu olímpico, el cual EXIGE  comprensión mutua, solidaridad y espíritu de amistad y de juego limpio.  En los partidos de fútbol y fútbol sala (no hablo de otros deportes porque no lo he visto con mis propios ojos, aunque me temo que allá donde haya competición será por el estilo) lo que te encuentras es todo lo contrario a tal definición. Y no por parte de los niños/jugadores, si no por parte de padres, entrenadores y adultos varios. Entonces ¿para qué queremos que nuestros hijos hagan deporte?

Razones por las que los niños deberían practicar algún deporte:


  • Realizan ejercicio físico de forma divertida que es bueno para su salud
  • Aprenden el valor del trabajo en equipo por un mismo fin
  • Aprenden a asimilar y utilizar reglas establecidas
  • Socialización, compartir triunfos y derrotas
  • Esfuerzo, conseguir objetivos a largo plazo
  • Aprender valores humanos como la honradez, ya que lo que los niños experimentan jugando lo trasladan a la vida


Y podría seguir y seguir, ya que todo lo que se saca en limpio de la práctica de un deporte es positivo, pero me detengo en este último punto porque me parece sumamente importante: "lo que los niños experimentan jugando lo trasladan a la vida" . ¿Qué queremos transmitirles a nuestros hijos a través del deporte? ¿qué queremos que aprendan? O ¿no nos importa que aprendan absolutamente nada y lo único que queremos es saciar nuestras ansias y complejos adultos a través de ellos? Porque eso es lo que veo, eso es lo verdaderamente triste de estas situaciones. Y no estoy hablando de alta competición, ni de importantes sumas de dinero, ni de títulos grandiosos, estoy hablando de ligas entre colegios de ciudades pequeñas (que no quiero pensar en cómo estará la situación en las grandes ciudades ¡pobrecitos mios!). Lo que se ve en estos partidos es lo siguiente: cuando son niños muy pequeños llegan muy contentos al pabellón pero con dos años más ya notas los nervios y la presión en sus caras (siguen siendo niños de 7 años, aún deberían venir a jugar, no a "jugársela"). Hay gente en las gradas que grita muchísimo, a veces gritan por la emoción postiva del partido pero lo que mayormente escuchan los niños son insultos a árbitros y frases negativas llenas de decepción si las jugadas no son tal y como el adulto quiere. Padres y madres con las caras enrojecidas por la ira y los ojos desorbitados protestando por las grandes injusticias acometidas a su equipo, mientras que permiten que un adulto extraño, el entrenador en estos casos, grite al mismo nivel de ira y frustración a sus hijos. Que me expliquen esos padres cómo justifican que ese hombre grite así a su hijo/a, porque yo no le encuentro justificación alguna y si algo me hace saltar con ira es ver que alguien hace algo a mis hijos, no que su equipo pierda. Pero incluso se oyen risas. Sí, al parecer es gracioso ver a un adulto gritándole a un niño.  Estoy hablando de decenas de partidos, con decenas de entrenadores. En todos estos partidos sólo una vez he visto a un entrenador decir algo positivo a un niño. Y es que en mi opinión tenemos un erróneo concepto de lo que es la humildad y el respeto. Dos conceptos necesarios que también se pueden aprender a través del deporte pero claro, si utilizamos a los niños para vengarnos de otro entrenador al que se la tenemos jurada, metiéndoles 18 goles y no paramos hasta que se termine el tiempo, sin piedad, sin dar oportunidad al otro equipo de marcar un simple gol, celebrando todos y cada uno de ellos como si fueran el definitorio de la Copa de Europa, permitiendo que los niños se burlen encima de que el otro equipo esté perdiendo por tanta diferencia (estoy hablando de niños de 5 años) lamentablemente ni humildad, ni respeto, ni honradez van a aprender esos pequeños. Competitividad a muerte, juego sucio, todo vale, machaca la autoestima de tu adversario... eso sí lo van a aprender. Es curioso también (y no quisiera alargarme más pero es que veo necesario denunciar todo) que tanto entrenadores como padres, cuando un árbitro aplica una regla del juego, salgan todos con la boca llena de "árbitro por favor, que son niños de 8 años". O sea, que para aprender reglas de juego son niños de 8 años pero al parecer ya tienen edad para aprender a jugar duro, dar patadas, protestar a los árbitros, reírse de los adversarios, aguantar gritos ensordecedores, sentirse incapaces, ser una desilusión, ser un "matao", chupar banquillo partido sí partido también, y no divertirse jugando, sólo ganando, para todo eso sí tienen edad suficiente, ¿no? Incongüente. Triste, muy triste. 

  Por favor, dejemos que los niños aprendan y se diviertan. No más niños presionados ni estresados (hay niños quedándose calvos literalmente a causa del estrés!) No les transmitamos que tienen que ser triunfadores o nada porque tendremos el mundo llenos de "nadas". No usemos a nuestros hijos para competir con otros padres Y sí, los niños tienen una capacidad inmensa de aprendizaje así que no los infravaloremos no enseñándoles cosas positivas y válidas sólo porque son pequeños ni hablando delante de ellos cualquier asunto como si no entendiesen el idioma (de verdad que lo veo así: como cuando antes para hablar a alguien que no hablaba español le hablaban a gritos, pues a los niños creeemos que solo nos entienden cuando nos dirigimos expresamente a ellos y con voz de dibujo disney).

  Empecemos a enseñarles valores y a recuperarlos nosotros de paso y hagamos lo posible por generar gente feliz, que el mundo ya está bastante deprimido.