He estado dando muchas vueltas al título de este post porque lo que voy a contarte hoy aquí puede ser útil para muchos aspectos de la comunicación. Así que me debatía entre qué problema es el más importante de todos los que puede solucionar. Y es que cuando tratamos de que nuestro mensaje, lo que decimos, llegue a los demás, no siempre lo logramos. No importa que seas una eminencia en un tema, si no consigues que te entiendan no sirve de nada. Pero si no te comprenden estamos igual de perdidos. Y si no agrada tu forma de contarlo, otro tanto de lo mismo.
Recapitulemos:
- Ser entendido
- Ser comprendido
- Agradar
📌Lo primero se refiere a la forma en la que emites tu voz: si articulas correctamente, si proyectas tu voz, si tu tono es adecuado.
📌Lo segundo se refiere a las palabras que utilizas y la forma en la que las organizas para expresar tus ideas. ¿Comprende la gente lo que estás diciendo o es demasiado complicado o enrevesado?
📌Y lo tercero está más claro: tu lenguaje corporal y tu forma de hablar pueden hacer que las personas que te escuchan quieran escucharte o no.
Éste es un tema muy amplio y da para un video curso (me pondré manos a la obra), pero hoy aquí te daré un par de claves que te ayudarán a ser comprendido mejor.
Hablar sobre un tema que dominas
Cuando nos ponemos a hablar de algo que conocemos muy bien, que nos gusta, o incluso nos apasiona (más difícil de controlar nuestras ganas de hablar sobre ello) solemos incurrir en varios errores que hacen más difícil a los que escuchan seguir el hilo:
- Aceleramos. Como hemos leído mucho sobre el tema y es recurrente en nuestra vida, solemos hablar más rápido. Además pasamos por alto y aún más rápido por partes del tema que consideramos básicas sin saber si nuestro oyente sabe algo sobre el tema.
- Vocabulario técnico o específico atropellado. Cuanto más repetimos una palabra peor la decimos. Así el vocabulario técnico, por ejemplo, de nuestro trabajo que repetimos hasta la saciedad durante el día, tenemos tendencia a decirlo atropellado y sin articular. Quien no sepa del tema estará completamente perdido al escucharnos.
¿Qué puedo hacer?
- Articular más ampliamente. Articular es la clave maestra de la oratoria. Te ayuda en múltiples situaciones. Y una de ellas es precisamente el mantenimiento del ritmo adecuado. Mientras tratas de articular de forma amplia y clara no podrás acelerar y además ayudarás a quien te escucha a seguir el ritmo.
- Usar las pausas. Los silencios son grandes aliados en la oratoria. Mantienen la atención y ayudan a que el mensaje llegue de forma cómoda. Además te dan tiempo a organizar tus pensamientos y evitar dar vueltas como una peonza habladora. Haz pausas después de decir alguna idea o frase completa, antes de pasar a otro aspecto del tema, o cuando digas algo difícil de comprender (puedes escuchar ejemplos en mi podcast)
- Matizar palabras. Sobre todo las palabras que comprendan el vocabulario específico y técnico del tema, esas hay que decirlas de una forma "mimada", lenta, articulada e intensa. Además de ayudar a que el oyente te siga, conviertes tu forma de hablar en un sonido lleno de matices lo que lo hace sumamente atrayente e interesante. (Te lo ejemplifico con mi voz en el podcast)
Añadiendo estos tres ejercicios a tu forma de expresarte te convertirás en el centro de atención cuando hables, además te ayudará de forma colateral con otros aspectos de tu expresión, pero vale la pena aunque solo fuese por el tema que tratamos aquí hoy.
No dejes de pasarte por el podcast donde podrás oír los ejemplos que he preparado y que seguro te aclararán las dudas que puedas tener tras leer el artículo.